Hoy recordaba el regreso de mi hijo a casa, el se fue del país cumpliendo 18 años, se graduó de bachiller y decidió emigrar a Colombia solo por la situación económica que hay en mi país Venezuela, fueron tres largos años dónde día a dia era algo distinto, el que estuviera lejos de casa y no saber nada era estresante, eso sí hablaba con el a diario y el día que no lo hacía sentía una angustia que no se explicar, es como un dolor en la boca del estómago 🙈🙈.

La vida l inmigrante es dura, lo primero que le pasó es llegar a casa de un familiar y que este le exija pago por adelantado, comenzaron los problemas, cuando sonaba el teléfono mi corazón saltaba, siempre era una novedad, los migrantes son víctimas de xenofobia, abusos laborales y conseguir empleo era el principal problema ,aplico a muchos empleos y le costó estabilizarse lo más difícil era estar solo, no es lo mismo orientar un hijo por mensajes que personalmente tuvo muchos días malos y muchos gastos, sin embargo fue la manera que el escogió para madurar y darse cuenta que la vida no es fácil, en varias oportunidades me decía madrecita me voy a regresar a lo que yo le decía véngase que aquí está su casa pero así fue pasando el tiempo, yo vivía con el corazón en la boca, a comienzos de este año 2020 me dice me voy en marzo y cuál ha Sido mi sorpresa empezó la pandemia del Coronavirus y todo se paralizó el mundo se paralizó, es una sensación de impotencia impresionante no había manera de regresar, bueno ni modo hijo aguante hasta que se pueda, pero muy dentro de mi estaba desecha y lo que hacía era orar y pedirle a Dios por el , yo por mensajes de texto lo calmaba muchas veces le hacía llamados de atención, me decía madrecita no me regañe jajaja es que yo tampoco sabía que hac hacer.